Diego Muñoz-Torrero y Ramírez-Moyano (Cabeza del Buey, 21 de enero de 1761-Oeiras e São Julião da Barra, 16 de marzo de 1829) fue un sacerdote, catedrático y político español que tuvo un destacado papel en la elaboración de la Constitución española de 1812. Como diputado de las Cortes de Cádiz, fue el principal artífice del fin de la Inquisición española y uno de los máximos defensores de la libertad de imprenta.
Trayectoria académica
Era hijo de Diego Antonio Muñoz-Torrero, boticario y maestro de latín, con quien estudió hasta su ingreso en la Universidad de Salamanca, a los once años, para estudiar allí Teología y Filosofía. Se ordenó sacerdote y fue nombrado en 1784 catedrático de Filosofía en la Universidad de Salamanca, formando parte desde entonces de un grupo de profesores y alumnos que emprendió una importante renovación de la enseñanza. En 1787 fue nombrado por unanimidad rector de la Universidad de Salamanca.
Durante su ejercicio como rector, llevó a cabo varias medidas: la conservación de la colección de Yerbas existente en la Universidad; incrementó los fondos existentes en la Biblioteca Universitaria, solventó los conflictos existentes entre las Facultades de Medicina y Artes por un lado y las de Teología y Jurisprudencia por otro, así como la creación del Colegio de Filosofía. También se preocupó por la reforma de los métodos de enseñanza y por el cambio de planes de estudio, prácticas académicas y libros de textos.
Trayectoria política
Trasladado a Madrid para opositar a una capellanía, José Álvarez de Toledo, XI marqués de Villafranca del Bierzo, se fijó en él para concederle una canonjía, como patrono que era de la colegiata de Santa María de Villafranca del Bierzo. A partir de este momento las noticias sobre la vida de Muñoz-Torrero son mayores. Permaneció como canónigo en Villafranca del Bierzo hasta su traslado a la Isla de León a finales del verano de 1810, como diputado ya por la provincia de Extremadura.
Diputado a Cortes
Edición original de la Constitución de 1812.
Tras el alzamiento nacional contra José Bonaparte en 1808 es nombrado miembro de la Junta Suprema de Extremadura y enviado posteriormente a Cádiz como diputado a las Cortes Generales por su región, en la legislatura 1810-1813.
Su elección, el 23 de julio de 1810, se realizó en una sesión en la que hubo diversas irregularidades. Fue puesta en tela de juicio y recurrida ante la junta electoral por varios personajes.
El 24 de septiembre de 1810, en la jornada inaugural de las Cortes, es el primer diputado en intervenir haciendo varias proposiciones revolucionarias de tipo liberal:
- La soberanía de la nación reside en el pueblo,
- Separación de poderes,
- Abolición de la Inquisición en España,
- Libertad de prensa,
- Inviolabilidad de los diputados.
Y consiguiendo la aprobación de dos decretos fundamentales:
- Sobre la libertad de imprenta, en contra de la postura del inquisidor Riesco, con opiniones tales como que la censura previa es el último asidero de la tiranía.
- Sobre la soberanía nacional: junto con Manuel Luján, también diputado por Extremadura, Muñoz Torrero presentó un texto de once puntos que recogía detenidamente la iniciativa: la legitimidad de los diputados como representantes de la nación, de sus Cortes, el reconocimiento de Fernando VII como rey, la nulidad de la cesión de la corona en favor de Napoleón, la división de poderes, la inviolabilidad de los diputados y el juramento de la regencia de todas estas declaraciones.
El 2 de marzo de 1811, por 78 votos, fue nombrado presidente de la comisión redactora de la Constitución, junto con Agustín Argüelles y Evaristo Pérez de Castro, y fue una de las figuras más destacadas en la redacción de esta primera Constitución liberal que tuvo España, aprobada el 19 de marzo de 1812 y llamada por ello «La Pepa».
Como anécdota, la bandera de las Cortes, de tafetán con dos fajas rojas y una amarilla intermedia, todas de igual anchura, fue regalo de Muñoz-Torrero, bandera que más tarde fue utilizada por la Milicia Nacional a partir de 1820.